- Los cartapacios de las liciones me servían de borradores para mis pensamientos, y muchas veces las escribía en versos latinos o castellanos. Comencé a juntar libros de todas letras y lenguas, que después de los principios de la griega y ejercicio grande de la latina, supe bien la toscana, y de la francesa tuve noticia… (La Dorotea, IV).
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Félix Lope de Vega y Carpio
Félix Lope de Vega y Carpio, procedente de una familia humilde natural del valle de Carriedo, en Cantabria, fue hijo de Félix de Vega, bordador de profesión, y de Francisca Fernández Flórez. No hay datos precisos sobre su madre. Se sabe, en cambio, que tras una breve estancia en Valladolid, su padre se mudó a Madrid en 1561, atraído quizá por las posibilidades de la recién estrenada capitalidad de la Villa y Corte. Sin embargo, Lope de Vega afirmaría más tarde que su padre llegó a Madrid por una aventura amorosa de la que le rescataría su futura madre. Así, el escritor sería fruto de la reconciliación, y debería su existencia a los mismos celos que tanto analizaría en su obra dramática.
Niño muy precoz, leía latín y castellano ya a los cinco años. A la misma edad compone versos. Siempre de acuerdo con su testimonio, a los doce escribe comedias (Yo las componía de once y doce años / de a cuatro actos y de a cuatro pliegos / porque cada acto un pliego contenía). Es posible que su primera comedia fuese, como el mismo Lope afirmaría en la dedicatoria de la obra a su hijo Lope, El verdadero amante, aunque probablemente el texto que hoy conocemos de esta comedia sufrió modificaciones posteriores a la fecha de la primera redacción. Su gran talento le lleva a la escuela del poeta y músico Vicente Espinel, en Madrid, a quien siempre citó con veneración (le dedicó su comedia El caballero de Illescas, c. 1602). Así el soneto: Aquesta pluma, célebre maestro / que me pusisteis en las manos, cuando / los primeros caracteres firmando / estaba, temeroso y poco diestro… Continúa su formación en el Estudio de la Compañía de Jesús, que más tarde se convierte en Colegio Imperial (1574):
Ese origen en el valle de Carriedo lo recuerda también en su epístola a Amarilis indiana, al tiempo que recrea imaginariamente algunos detalles sobre su propia concepción. De dar crédito a lo que dicen estos versos, su madre, celosa, habría acudido hasta Madrid en seguimiento de su marido, que andaría enredado en amores con alguna otra mujer, y él, Lope, sería fruto de la reconciliación; es decir, sería, en palabras de Luis Astrana Marín, «hijo de los celos». Este es el pasaje en cuestión:
Tiene su silla en la bordada alfombra
de Castilla el valor de la Montaña
que el valle de Carriedo España nombra.Allí otro tiempo se cifraba España,
allí tuve principio; mas ¿qué importa
nacer laurel y ser humilde caña?Falta dinero allí, la tierra es corta;
vino mi padre del solar de Vega:
así a los pobres la nobleza exhorta.Siguiole hasta Madrid, de celos ciega,
su amorosa mujer, porque él quería
una española Elena, entonces griega.Hicieron amistades, y aquel día
fue piedra en mi primero fundamento
la paz de su celosa fantasía.En fin, por celos soy, ¡qué nacimiento!,
imaginadle vos, que haber nacido
de tan inquieta causa fue portento.
Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz
El Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz se encuentra a las afueras de Selaya, en dirección a Bustantegua. El templo actual pudo surgir de uno más antiguo, probablemente del siglo XII, de menores dimensiones que el actual, que se comenzó en el siglo XVI y se fue remodelando en los siglos XVII y XVIII.
Nuestra Señora de Valvanuz es la patrona del Valle de Carriedo y de honda devoción entre todos los pasiegos, su festividad se celebra el 15 de agosto.
Este templo de Nuestra Señora de Valvanuz es una ermita de planta simple, compuesta por una sola nave de 33 metros de larga por 9 metros de ancha, en la que la sacristía forma parte de la misma. Su cubierta es a tres aguas y posee un pórtico lateral de similar longitud que la propia iglesia.
Los contrafuertes se marcan en el exterior, entre ellos se han colocado unas pequeñas ventanas para iluminar el interior. El pórtico también de piedra aparece cerrado en su lado norte y sur, mientras que el oeste permanece abierto dejando ver en su armazón las viguetas de madera. En este pórtico se abre una puerta por la que se accede al interior de la iglesia, en la que destacamos las bóvedas de crucería de la nave, y las de la sacristía cuyos nervios se unen en unas claves que tiene motivos esculpidos en piedra con la leyenda “Ave Maria”, “Gra(tia) Plena”, “Año 1678” y “ año 1708”.
Del exterior destaca su espadaña barroca de tres pisos, que acentúa la verticalidad del edificio, está decorada con motivos herrerianos, (pináculos y bolas) que aparecen también en distintos puntos del tejado. En los dos pisos superiores encontramos tres campanas, la colgada en el alto es de dimensiones más reducidas.
En la espadaña hay esculpido en piedra un escudo Real de Castilla y León timbrado por el águila bicéfala con corona real, y se repite en el pórtico, pero esta vez está policromado. Ambos blasones testimonian que el templo pertenecía al Patronato Real.
Imagen de Nuestra Señora de Valvanuz
La imagen de Nuestra Señora de valvanuz se trata de una imagen gótica del siglo XIII de pequeñas dimensiones, exactamente 56 centímetros de altura.
EL Niño está sentado sobre la rodilla izquierda de la Madre, y no sobre las dos como era característico del románico, y la Virgen, dispuesta en su trono, sostiene en sus manos lo que parece un fruto que representa la salvación o una flor, atributo de María. El Niño a su vez, aparece sujetando con la mano izquierda un libro, mientras que con la derecha agarra una cruz con la que parece bendecir.
La figura aún guarda cierto grado de la frontalidad y el hieratismo de tradición románica, del mismo modo la madre y el Niño tampoco tienen ninguna relación entre sí. En el tratamiento de los vestidos, aunque el arcaísmo aún es acusado, el plegado de los paños resulta más natural que en representaciones anteriores, igual que el rostro de la Virgen. Este tipo de signos indican que la talla es de mediados del siglo XIII.