Hace escasas fechas se volvió a visitar este restaurante ya casi conocido por todo el mundo, que ha conseguido en sus 15 años de historia convertirse en todo un referente en lo que al buen comer se refiere, no sólo en la zona sino también a lo largo y ancho de Cantabria. Es un establecimiento de trato familiar y agradable, bien acondicionado, con un producto sobresaliente y una bodega muy destacable. Al frente de este negocio se encuentran Ildefonso Fernández Herrero y su esposa, estando a cargo de cada uno la sala y la cocina respectivamente. A ‘Fonso’ le gusta comer y eso se manifiesta de forma evidente en su inquietud gastronómica, siempre tiene algo nuevo que ofrecer a sus clientes cuando lo visitan, Cuando no es un vino, es una conserva sino es algún producto de temporada siempre de la mejor calidad posible.
El restaurante
En el pueblo de Villacarriedo justo al entrar hay que desviarse a la derecha según se viene por Sarón, hasta llegar a escasos 500m al parque Luciano Abascal. El local está bastante bien instalado; disponen de un amplio bar, terraza, un pequeño salón privado y aire acondicionado. La decoración es cálida, dominando en todo momento la rusticidad de la madera que recubre suelos y paredes en el comedor principal. La vajilla y la cristalería son de bastante calidad. Otro de los puntos fuertes de este restaurante es la bodega, que atesora cerca de 200 referencias con algunos de los mejores vinos del país.
Las comida
Los platos más sobresalientes de ‘Las Piscinas’ han sido siempre las carnes, muy especialmente su chuletón de vaca vieja, también los guisos o platos de cuchara y su embutido ibérico, más en concreto su jamón. En la ultima visita se probaron de nuevo sus excelentes albóndigas de buey, sinceramente las más ricas que recuerdo haber probado en mucho tiempo. Resultaron suaves, jugosas y muy sabrosas; elaboradas al estilo tradicional, con su salsita de cebolla pochadita, ajo, vino y el jugo que ellas mismas van soltando al cocinarse, un auténtico manjar, no dejen de probarlas. Otro plato original y elaborado con un producto muy nuestro es el queso de las Jarradillas ligeramente fermentado y asado que se sirve como si una Torta del Casar se tratase, abierto por arriba y bien fundido. Eso sí este plato es para compartir por lo menos entre 4 ó 5 personas.
Pero desde luego, junto con las albóndigas, el plato rey de esta casa es el chuletón. Carne de vaca vieja, de verdad, animales criados en libertad, alimentados con pastos y engordados con piensos de maíz, naturales. Una joya hecha carne que desde luego no puede dejar indiferente a nadie. Carne sabrosa, de textura firme pero tierna, todo un lujo.